GRUPO DE INTERÉS
MÚSICA Y MUJER |
Por Constanza Arraño Astete
En diciembre de 2021, se llevó a cabo un proyecto vinculado con el tema “Música y Mujer” que fue patrocinado por la Sociedad Chilena de Musicología y financiado por el Fondo para el Fomento de la Música Nacional, convocatoria 2021, del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio. El proyecto titulado “Liderazgos femeninos en coros, ensambles y orquestas chilenas” (folio 611973), consistió en la realización de un conversatorio virtual en el que participaron mujeres músicas de distintas especialidades, quienes hablaron acerca de sus investigaciones y experiencias relacionadas con la práctica interpretativa de las directoras corales, orquestales y de grupos de cámara. Las participantes fueron Daniela Fugellie, musicóloga histórica; María Francisca Moraga, contrabajista y musicóloga; Alfonsina Torrealba, flautista y directora orquestal; Sofía Torres, cantante y directora coral; y Valeska Cabrera, directora coral y musicóloga. La conversación fue moderada por Constanza Arraño, musicóloga y directora coral. A lo largo de la conversación, se expusieron diversas problemáticas que afectan a las mujeres que se dedican a la dirección de conjuntos musicales, tanto dentro como fuera de Chile. Entre éstas, cabe destacar las siguientes: la necesidad de desarrollar autogestión y proyectos de asociatividad para fortalecer el trabajo de las agrupaciones y sus conductoras; la existencia de estereotipos de género relacionados con la técnica de ensayo y batuta; y los extendidos prejuicios acerca de los espacios musicales formativos (coros escolares y orquestas juveniles, por ejemplo) como experiencias inferiores de desarrollo profesional, entre otros temas. A continuación, se encuentra una entrevista realizada a María Francisca Moraga, una de las coordinadoras del proyecto, quien explica algunos aspectos históricos sobre la participación de las mujeres en la música docta chilena. ¿Cómo se ha estudiado la participación de las mujeres en la interpretación musical? La participación de mujeres en espacios de poder dentro de la música es un tema que despierta interés para muchos. Uno de los ámbitos en el que se ha puesto mayor énfasis el estudio de mujeres ha sido en la composición, dado que, al igual que en otras disciplinas artísticas, su participación ha sido activa en distintos periodos de la historia. Si hablamos de mujeres intérpretes también tendremos varios ejemplos, aunque no es hasta entrado el siglo XX en el que la participación femenina comienza a equipararse a la de los hombres en el campo profesional. ¿Cuál es la situación de las mujeres directoras en Chile? Cuando hablamos de la dirección de orquestal la situación es sumamente compleja. Esto se debe a que en Chile no ha existido una tradición en la formación de directores, y este se transformó en un espacio hermético y exclusivo para hombres. Cuando hablamos de la participación femenina, pese a que existen algunos ejemplos de directoras destacadas (como es el caso de Mireya Alegría), no es hasta esta década en la que se ha abierto el camino para nuevas directoras en el país. Algunos de los casos más notables son los de Alejandra Urrutia, actual directora de la Orquesta de Cámara del Teatro Municipal, y Ninoska Medel, directora de la Orquesta de Mujeres de Chile. En el campo de la dirección coral el panorama parece ser mucho más desolador. Esto pese a existe la carrera de dirección coral, los coros todavía son todavía considerados por muchas personas como un espacio para aficionados, por lo que existen pocos espacios profesionales, y estos, a su vez, suelen estar liderados por hombres. Algunos casos emblemáticos de participación femenina en la dirección de coros son el de Ruth Godoy, directora del Coro Madrigalista de la UMCE, o Paula Torres, directora coral y académica de la UC. En tu opinión, ¿la escasa participación de mujeres directoras en espacios profesionales se vincula con problemáticas relacionadas con la disputa del poder? En los últimos años, se ha problematizado la participación de mujeres en los distintos espacios de poder, pero, lamentablemente, esto no ha sido motivado por razones musicales. En 2018, muchas estudiantes y exestudiantes denunciaron conductas de abuso y acoso por parte de alumnos y profesores. Esto derivó en la acción política de las estudiantes, quienes, por medio de tomas y paros feministas, lograron visibilizar la enorme brecha existente en el país respecto a la equidad de género en la música, no solo por las denuncias presentadas, sino también con la intención de incluir una mirada feminista en el modelo educativo y profesional. Actualmente se han abierto distintos espacios de participación musical en Chile, tanto en el ámbito de la investigación como en la interpretación. Ejemplo de esto es el grupo de Música y Mujer de la Sociedad Chilena de Musicología, el colectivo de compositoras Resonancia Femenina o la Orquesta de Mujeres de Chile; todos estos son espacios que buscan aminorar la brecha de género que existe en el campo de la música docta. Tanto estos esfuerzos como los que vengan en el futuro son necesarios para continuar el camino de apertura y visibilización de la práctica musical hecha por mujeres en el país.
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